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SEMARNAT – Día Nacional de las Abejas

Día Nacional de las Abejas

  • Proteger a las abejas incide en la preservación de los ecosistemas y en la sobrevivencia de la humanidad.

    El cultivo de abejas productoras de miel es tradicional en muchas zonas de México, y su actividad depende de que los ecosistemas se mantengan en buenas condiciones, pero es esencial aplicar un plan de ordenamiento ecológico del territorio que considere la conservación de la flora y fauna silvestres, ya que la tala indiscriminada de los bosques ha generado graves problemas a las áreas naturales y a las comunidades asentadas en ellas.

    En Yucatán, la región productora de miel más importante de México, los apicultores mayas saben que su actividad tiene un estrecho vínculo con los ciclos naturales de la tierra, con la fauna y especialmente con los árboles frutales. Además, las abejas son relevantes para cumplir los ciclos ecológicos del ecosistema a través de la polinización, por lo cual la apicultura contribuye al mantenimiento de los ciclos naturales, afirma Gerardo Suárez en el artículo Apicultura en la Península de Yucatán: vivir de la selva de forma sostenible.

    Sin embargo, la apicultura maya y de otras comunidades rurales enfrenta varios riesgos: la deforestación derivada de la necesidad de sobrevivir expandiendo las actividades agrícolas y causa la explotación no sostenible del bosque, es uno de los problemas más graves. El cambio climático que provoca huracanes y sequías daña también a las abejas. Y el intermediarismo para comercializar la miel perjudica la economía de los mayas.

    En México existen aproximadamente 41 mil 442 apicultores dedicados a la producción de miel de abeja, de los cuales 23 mil se localizan en el sureste del país, y sus colmenas representan fuentes de trabajo para personas principalmente de origen indígena.

    Durante la última década la desaparición de las abejas está presente en todo el planeta; se han perdido colmenas enteras sin dejar rastro, lo que causa un impacto extremadamente sensible en la producción de alimentos y la actividad económica mundial.

    Es tiempo de emular a estas pequeñas especies que trabajan de manera organizada para la conservación de sus colmenas, de los ecosistemas, de la biodiversidad y de la humanidad misma. Que nos quede claro que tanto las abejas como las y los apicultores atraviesan por una situación de sobrevivencia tanto en México como en el resto del mundo. Sin abejas y sin apicultores y apicultoras, la misma suerte corremos.

    Fuente: SEMARNAT 17 de noviembre de 2022