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ECONOMISTA – Informalidad, precariedad, estigmas y otras marcas del empleo juvenil en México

Informalidad, precariedad, estigmas y
otras marcas del empleo juvenil en México

  • El acceso a un empleo no es sencillo para las personas jóvenes en el país.

    En México, la tasa de informalidad general es de 55.0%, pero entre las personas ocupadas de entre 15 y 29 años de edad, ésta se eleva al 66.9 por ciento. Es decir, casi siete de cada 10 jóvenes laboran en condición informal, de acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

    Según la última Encuesta Nacional de Egresados (ENE) del Centro de Opinión Pública de la UVM, los egresados universitarios perciben un deterioro en las condiciones en el mercado laboral, especialmente en prestaciones y sueldos. Esto ha provocado un crecimiento en el trabajo independiente.

    En México, la edad se puede convertir casi en un castigo para incorporarse al mercado laboral y acceder a un trabajo decente. En el primer trimestre del año, la tasa de desocupación general fue de 2.6%, pero entre las personas de 15 a 24 años de edad ese promedio se elevó a 5.7 por ciento.

    En tanto, los jóvenes con una ocupación tienen un ingreso promedio de 6,316 pesos mensuales, de acuerdo con las estimaciones del Coneval para el periodo enero-marzo de este año. Pero en el caso de los menores de edad que participan en el mercado laboral, las percepciones laborales promedio bajan hasta 2,470 pesos por mes.

    El reto de la empleabilidad juvenil no es sencillo, pero tanto gobierno, empresas y sector educativo deben abordar este asunto para evitar que los jóvenes caigan en la informalidad o no consigan logren al mundo del trabajo.

    De acuerdo con la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), la brecha de habilidades en América Latina no ha dejado de crecer en la última década. El desempleo juvenil, indica, está vinculado con la desactualización de las competencias, la falta de orientación vocacional y las pocas oportunidades de adquirir experiencia desde la educación universitaria son algunos de los factores.

    A través de su informe Habilidades en Latinoamérica, la OCDE evidencia que los jóvenes menores de 24 años tienen el doble de posibilidades de estar desempleados en comparación con las personas mayores de 25 años.

    El rezago en competencias no es el único factor que aleja a los jóvenes del mercado laboral. “La apariencia física es para muchos una barrera de entrada y también hay discriminación hacia los jóvenes hasta por el código postal”, comenta Angélica Jasso. Los sesgos en el reclutamiento también son una barrera que le impide a esta población insertarse en un empleo.

    Fuente: EL ECONOMISTA 11 de agosto de 2023