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PNUD – Rastreador de respuesta global de género COVID-19

Rastreador de respuesta global de género COVID-19

  • El PNUD y ONU Mujeres lanzan un nuevo informe con análisis de datos de la plataforma “Rastreador Global de Respuestas de Género a la COVID-19”

    Los países con un mayor liderazgo de mujeres, sistemas de cuidados y protección social universales y espacio para que las organizaciones feministas participen en la toma de decisiones democráticas son más eficaces en la respuesta a crisis como la provocada por la pandemia de COVID-19, según un nuevo informe mundial publicado por ONU Mujeres y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

    En un momento en el que la superposición de los efectos de la pandemia de COVID-19, la acuciante emergencia climática y los conflictos geopolíticos amenazan la igualdad de género y los derechos de las mujeres, un análisis basado en nuevos datos mundiales aporta recomendaciones concretas para que los Gobiernos se aseguren de que sus estrategias de recuperación económica y preparación ante emergencias adoptan un enfoque sensible al género, integrado y resiliente.

    El PNUD y ONU Mujeres han revisado unas 5.000 políticas durante un periodo de dos años a través de su Rastreador Global de Respuestas de Género a la COVID-19 (en inglés), el directorio mundial más completo de respuestas gubernamentales a la pandemia con perspectiva de género. La herramienta identifica cómo han reaccionado las instancias mundiales de toma de decisiones ante las repercusiones sociales y económicas de la pandemia, que siguen recayendo desproporcionadamente sobre las mujeres

    Según el nuevo informe “Respuestas gubernamentales a la COVID-19: Lecciones sobre igualdad de género para un mundo convulso” (en inglés), en 196 de los 226 países estudiados, se ha adoptado al menos una medida sensible al género.

    Los países con una mayor proporción de mujeres entre los cargos públicos electos, independientemente de los ingresos nacionales, aprobaron más políticas y partidas presupuestarias que tenían en cuenta consideraciones de género. Los países con democracias sólidas, movimientos feministas fuertes o un alto porcentaje de mujeres en el parlamento tomaron una media de cinco medidas sensibles al género más que los países sin estas características.

    Incluso en los países con una representación menos igualitaria, las líderes políticas reclamaron que se escuchara su voz.

    La acción colectiva de las mujeres también ha potenciado la sensibilidad de género nacional. Los grupos feministas de la sociedad civil han influido en la respuesta inmediata de sus países y han contribuido a recabar pruebas y datos para impulsar una visión feminista de la transformación y la recuperación pospandemia.

    A las consecuencias económicas de la pandemia para las mujeres, se añade la mayor carga de trabajo no remunerado. Incluso antes de la COVID-19, las mujeres de todo el mundo hacían tres veces más trabajo doméstico y de cuidados no remunerado que los hombres. Ahora, el incremento de la desigualdad en el tiempo dedicado a cuidar de niñas y niños, personas mayores y otros miembros de la familia está obligando a muchas mujeres a dejar su trabajo remunerado.

    A escala mundial, hoy hay 19,7 millones menos de mujeres ocupando un puesto de trabajo remunerado que antes de marzo de 2020, una cifra que es de 10,2 millones en el caso de los hombres.

    El funesto revés que han sufrido las oportunidades económicas de las mujeres se traducirá en que 388 millones de mujeres vivirán en la extrema pobreza en 2022, una cifra que ahonda todavía más la ya profunda brecha de género de la pobreza.

    Los Estados deben hacer más para reconocer el valor del trabajo doméstico del que se ocupan las mujeres, desarrollando un sistema de protección social mejorado para aquellas personas que asumen responsabilidades de cuidados, ya que son la columna vertebral de una economía más resiliente e integrada.

    El análisis del rastreador de casi 5.000 medidas pone de manifiesto que los países tienden a seguir trabajando en el marco de las estructuras y los sistemas de los que ya disponen cuando se produce una crisis. Este nuevo informe brinda una oportunidad clara de defender mejores sistemas de protección social sensibles al género y garantizar una participación significativa de las mujeres en la identificación de soluciones que no dejen a nadie atrás para los graves retos crónicos a los que nos enfrentamos.

    Fuente: PNUD 23 de junio de 2022