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SAGARPA – Experiencias en Sinaloa, Veracruz y Chiapas demuestran viabilidad de agricultura comercial sustentable

Experiencias en Sinaloa, Veracruz y Chiapas
demuestran viabilidad de agricultura comercial sustentable

  • La recuperación de la salud de los suelos permite elevar rendimientos, bajar costos y sobre todo ofrecer alimentos saludables, coinciden productores.

    La agricultura sustentable, con uso reducido o nulo de agroquímicos y cero herbicidas, como el glifosato y el paraquat, es una alternativa viable y realista para los productores de México, incluso para aquellos de tipo comercial, en escalas medias y grandes, interesados en obtener ganancias y en exportar.

    Las experiencias de producción sustentable de maíz y soya de Sinaloa, naranja de Veracruz y banano de Chiapas, demuestran la existencia y empuje de empresarios agrícolas con responsabilidad, que buscan rentabilidad, pero lo hacen “con ética, con conciencia social y humana; su actividad no es a costa del medio ambiente, de la diversidad biológica, del agua, no genera enfermedad o muerte”.

    La decisión de eliminación gradual del glifosato de aquí al 2024 se enmarca en un interés gubernamental de construir nuevos compromisos éticos hacia la salud humana, la integridad ambiental, la justicia social, la soberanía alimentaria, la independencia tecnológica y la autodeterminación económica, y entre los elementos disponibles para lograr eso figuran programas públicos que promueven de forma participativa agricultura y alimentación sana.

    El productor Exal Moreno comentó sobre el rancho don Rolando, que cuenta con 150 hectáreas de banano sembrado en Tapachula, Chiapas, desde 1967. Desde hace cuatro años, dijo, se emprendieron allí prácticas sustentables, de reducción de agroquímicos y eliminación total de los herbicidas (glifosato y paraquat, que son los que comúnmente se aplican en las fincas de banano).

    “Eliminamos los herbicidas porque dañan la vida de los: matan los microorganismos y evitan la reproducción de lombrices, por lo cual los suelos se van deteriorando año con año hasta quedar estériles” Utiliza una planta llamara orejera que se extiende como alfombra en todo el campo y enriquece y humedece el suelo, y permite la reproducción de microorganismos y lombrices.

    Señaló que él pretende seguir por toda la vida cultivando de forma sustentable y tiene el reto de convencer a otros productores a involucrarse en ello. “¿Glifosato?, ¡ni regalado!”, afirmó.

    Fuente: SAGARPA 17 de marzo de 2021