CEIEG.


FAO – Nueva edición del informe Perspectivas alimentarias de las Naciones Unidas

Nueva edición del informe Perspectivas
alimentarias de las Naciones Unidas

  • La FAO advierte de los riesgos para la seguridad alimentaria derivados de los altos precios de los alimentos y los insumos agrícolas.

    El costo mundial de las importaciones de alimentos va camino de alcanzar un nuevo récord de 1,8 billones este año, pero la mayor parte del aumento previsto corresponde a la subida de los precios y los costos del transporte y no al aumento de los volúmenes, según un nuevo informe publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

    Se prevé que el costo mundial de las importaciones de alimentos aumentará en 51 000 millones de dólares de los EE.UU. con respecto a 2021, de los cuales 49 000 millones de dólares reflejarán unos precios más elevados. Se calcula que los países menos adelantados sufrirán una contracción del 5 % de los costos de sus importaciones de alimentos este año y que el África subsahariana y el grupo de los países en desarrollo importadores netos de alimentos registrarán un incremento de los costos totales, a pesar de la reducción de los volúmenes importados.

    Se prevé que la producción mundial de los principales cereales disminuirá en 2022 por primera vez en cuatro años y que la utilización mundial también registrará un descenso por primera vez en 20 años. Sin embargo, se prevé que la utilización de cereales para el consumo humano directo no se verá afectada, ya que la reducción de la utilización total obedecerá a una disminución del uso de trigo, cereales secundarios y arroz como pienso.

    Se prevé que la producción y utilización mundiales de maíz alcanzarán nuevos récords a causa del incremento de la producción de etanol en el Brasil y los Estados Unidos de América y de la producción industrial de almidón en China.

    Aunque se prevé que la producción de carne disminuirá en la Argentina, la Unión Europea y los Estados Unidos de América, según los pronósticos, la producción mundial aumentará en un 1,4 %, debido principalmente al incremento del 8 % previsto para la producción de carne porcina en China, que alcanzará e incluso superará el nivel anterior a la dramática propagación del virus de la peste porcina africana que se produjo en 2018.

    Se prevé que la producción láctea mundial aumentará más lentamente que en años precedentes, limitada por la disminución de los números de cabañas lecheras y de los márgenes de beneficio en varias regiones productoras importantes, y es posible que el comercio se contraiga con respecto al nivel elevado de 2021.

    Se espera que la producción mundial de azúcar aumentará después de tres años de descenso, impulsada por incrementos en la India, Tailandia y la Unión Europea.

    Se estima que la producción acuícola mundial aumentará en un 2,9 %, y es probable que la producción de la pesca de captura se incremente en un 0,2 %. Se espera que, a consecuencia de la subida de los precios del pescado, los ingresos totales procedentes de las exportaciones de productos pesqueros y acuícolas aumentarán un 2,8 %, mientras que los volúmenes caerán un 1,9 %.

    En el informe Perspectivas alimentarias se examinan en mayor profundidad los principales productos básicos agrícolas, en particular el trigo, el maíz, el arroz, el complejo de cultivos oleaginosos, los productos lácteos, la carne, el pescado y el azúcar.

    Junto con el aumento de los precios de los alimentos —dado que el índice de precios de los alimentos de la FAO se acerca a su máximo histórico y que los precios de varios alimentos básicos han registrado grandes subidas en el último año—, los sectores agrícolas están expuestos a limitaciones de oferta debido a los aumentos de los costos de los insumos, en particular de los fertilizantes y los combustibles, que podrían impulsar nuevas subidas de los precios de los alimentos.

    Los agricultores pueden reducir las aplicaciones de insumos o cambiar a cultivos que requieran menos insumos, lo que no solo redundaría en una menor productividad, sino que tendría efectos negativos en las exportaciones de importantes productos alimenticios a los mercados internacionales, acrecentando las cargas que afrontan los países que dependen en gran medida de las importaciones para satisfacer sus necesidades de alimentos básicos. En el capítulo se añade que esto también se aplica a los principales países exportadores y se indica, por ejemplo, que algunos agricultores de América del Norte están pasando del maíz a la soja, que requiere menos fertilizantes nitrogenados.

    El índice mundial de precios de los insumos, una nueva herramienta introducida por la FAO en 2021, se sitúa ahora en un nivel sin precedentes y ha aumentado más rápidamente que el índice de precios de los alimentos de la FAO en los últimos 12 meses.

    Ello apunta a unos precios reales bajos (y con tendencia descendente) para los agricultores, pese a la subida de precios a que se enfrentan los consumidores, lo cual, a su vez, obstaculiza los incentivos destinados a que los agricultores intensifiquen la producción en el futuro. Sin embargo, para que eso suceda, el índice mundial de precios de los insumos debe descender, o bien el índice de precios de los alimentos debe aumentar aún más, o una combinación de ambos.

    Por ahora, y sobre la base de las condiciones actuales, la situación “no es un buen presagio por lo que hace a la respuesta de la oferta impulsada por el mercado que podría frenar nuevos aumentos de los precios de los alimentos en la campaña de 2022/23 y posiblemente la siguiente”, según el informe.

    Fuente: FAO 09 de junio de 2022